Agencia EFEMartes, 5 de febrero 2008
La procesión de los santos Entroido y Entroida del pueblo de Covelo atrajo hoy, pese a la lluvia, a numerosos visitantes procedentes de la comarca del Ribeiro, de Pontevedra y de A Coruña para participar en esta peculiar celebración del martes de Carnaval.
La procesión, según explicó a Efe el vecino Raúl Vázquez, de 28 años, se abre con el paso de un carro tirado por las vacas "Gallarda" y "Pinta", que es un altar para los santos Entroido y Entroida -dos muñecos de paja vestidos con ropas de hombre y mujer- "a los que se reza y se hacen ofrendas como a cualquier otro santo", matizó.
El carro comenzó la procesión en medio del pueblo de Covelo -de cien habitantes- y lo cruzó mientras subía por la ladera de la montaña hasta llegar al alto, llamado "coto da Raña", seguido por el "ramo", que es una rama de laurel en la que se cuelga una gran rosca dulce, una ristra de castañas secas y una calabaza.
Detrás de los santos y del ramo, el rey del Entroido fue a caballo custodiado por cuatro "mayordomos" y cuatro "danzantes" que le protegieron, durante todo el camino, de los sucesivos ataques de los cuatro "soldados" que intentaron arrebatarle la corona continuamente.
El cortejo procesional se completó con un vecino vestido de "bobo" al que todos tiraron tierra y empujaron durante el recorrido, otro que llevó una bandera y un grupo formado por "jueces", "procuradores" y "fiscal" que supervisaron la celebración para que cumpla con la tradición.
Raúl Vázquez, explicó, es "danzante" desde hace doce años y señaló que su papel es muy importante para él, ya que ayuda a mantener esta tradición a la que nadie sabe poner fecha de inicio "y es la fiesta de los santos propios del pueblo", subrayó.
El recorrido comenzó después del lanzamiento de varios fuegos de palenque y tras el grito "¡Viva o Entroido ou queremos que morra!" del rey, que fue respondido por los participantes y asistentes con un "¡Que viva, que viva!".
A partir de ese momento, toda la comitiva inició el ascenso hasta el "Coto da Raña", con la lucha entre los defensores y atacantes del rey y regresaron al pueblo, donde pararon casi en cada casa para que los "danzantes" bailasen unos minutos al ritmo marcado por una charanga musical.
En cada casa, los residentes ofrecieron una jarra de sangría y bandejas de dulces y comida a los integrantes de la procesión para que repusieran fuerzas antes de seguir su camino por todo el pueblo hasta llegar al atrio de la iglesia, donde el rey subastó huevos, cabezas de cerdo, tocino, chorizos, velas de gran tamaño y frutas recopiladas en el pueblo.
Con el dinero obtenido en la subasta de los lotes, según recordó a Efe el vecino Manuel Francisco Carreiro, se organizará la fiesta del próximo año y se pagará a las orquestas que amenizan el baile de estos días.
Carrero recordó que, hasta hace unos 15 años, los vecinos del pueblo de Vivenzo -en la montaña cercana- celebraban el martes de Carnaval de una forma similar a los de Covelo.
"De hecho, competíamos para ver qué procesión empezaba antes, por lo que los lanzadores de los fuegos madrugaban para vigilarse de una loma a otra", detalló.
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